Familia: Consanguinidad, sangre azul y relaciones familiares

Tabla con los nombres de los parentescos en español. Fuente: Relatives_Chart.svg

Pensando en mi familia, en la relación que tenemos entre algunos parientes y en cómo por medio de un acto (civil o religioso) nos relacionamos “para siempre”, se me ocurrió escribir sobre la relación entre las personas de un mismo clan familiar.

Se conoce como “parientes consanguíneos, a aquellas personas que comparten sangre por tener algún pariente común, aunque no necesariamente tiene que existir esta relación para tener un nombre.

Existen también los parientes no consanguíneos, y son los que a pesar de no presentar vínculos de sangre, están relacionados legalmente (matrimonio o adopción), término muy común en Derecho, donde los parentescos son importantes para los sistemas jurídicos.

En la mayoría de los sistemas legales en el mundo, no existe diferencia entre un pariente de sangre y uno adoptado, teniendo estos últimos los mismos derechos que el hijo natural e, incluso, un nieto adoptivo tiene los mismos derechos que uno natural (casos de herencia, alimentos, etc.).

A pesar de haber dicho anteriormente que la consanguinidad  es el término utilizado para aquellas personas que “comparten sangre”, la realidad es que los tipos de sangre no se comparten necesariamente con la familia (si el ADN), existiendo diferentes tipos de sangre dentro de cada una.

Se hablaba antiguamente de Sangre azul lo que significaba que alguien era “noble” de ascendencia. Se dice que el origen es la palidez propia del color de la piel de los privilegiados, que no realizaban trabajos físicos ni sufrían las inclemencias del tiempo, mientras que los campesinos y artesanos tenían una piel curtida. Las venas vistas a través de una piel transparente tienen un aspecto azulado, es por eso el concepto.

Fuente: Wikipedia.org