Una vida entregada a un sueño

Una vida entregada a un sueño

Justo Gallego tiene 90 años, escasos recursos y un inmenso sueño cuyas dimensiones se miden en decenas de metros: una catedral. El español Justo, labrador de profesión, inició el descomunal proyecto tras ser rechazado como novicio en un convento por haber contraído tuberculosis. Empezó la construcción en un terreno familiar de Mejorada del Campo,  (Madrid, España), donde muy pronto pasó a ser conocido como “el loco de la catedral”.

Justo Gallego Martínez, construye una Catedral

Justo Gallego Martínez, construye una Catedral

Justo jamás ha dibujado planos de su catedral, dice tenerlo todo dentro de su cabeza. Una afirmación aún más llamativa si se tiene en cuenta lo que ha construido desde entonces: una catedral de 50 metros de largo con tres naves, cada una de ellas cubierta por su correspondiente bóveda. Una cúpula, una cripta, un patio interior, murales, vidrieras… todo movido por la energía única que proporciona un sueño. Construido ladrillo a ladrillo, con los materiales de construcción desechados por alguna obra o reciclando materiales cotidianos como botes de laca, bidones o ruedas de bicicleta. Increíblemente, el anciano jamás estudió arquitectura: de hecho no pudo terminar sus estudios primarios a causa del inicio de la Guerra Civil Española. Leyó libros, rezó cada día y sobre todo, soñó. Los resultados, décadas después, son espectaculares.

Desde entonces, Justo ha contado con la ayuda ocasional de algunos voluntarios, pero a sus 90 años, él continúa levantándose cada día -incluso en las gélidas mañanas de invierno, desafiando con una simple bufanda a su antigua tuberculosis- para encargarse de su obra, de su sueño. De la Catedral de Justo.

Durante el verano, hasta 2.000 personas visitan la construcción. Proceden de todas partes del mundo, y es que la construcción se ha hecho muy popular tras el spot grabado para una marca de bebidas refrescantes o la exposición del proyecto en el MoMA de Nueva York.

Justo acepta donativos de sus visitantes y ayuda de los voluntarios, pero sabe que su tiempo se acaba y no verá su templo construido. Otros deberán seguir luchando por su sueño, además de reclamar que la Iglesia Católica acceda a consagrar la construcción para su uso como catedral, algo aparentemente inalcanzable. Pero igualmente inalcanzable pensaban sus vecinos que era el sueño del “loco de la catedral”.

¿Cómo hablarán los familiares de Justo cuando le cuenten a sus hijos el sueño que persiguió hasta el final su antepasado? ¿Cuáles fueron los sueños de sus antepasados? Un viaje que solo pudo realizar tras un sinfín de sacrificios, un reencuentro familiar para el que hubo que esperar más de diez años, una emigración para conseguir un futuro mejor… Cuéntenos el sueño o la visión de ese antepasado que aún se relata entre su familia.

Atesore, guarde y comparta con sus seres queridos ese hermoso legado compuesto por las historias de soñadores y visionarios como Justo Gallego subiéndolos a su Sitio Familiar en MyHeritage.