¿Verdad que sí, Victor? Una pena que esos pocos datos no dieran para mucho más, pero desde luego que a mí la historia me encantó 😉


Navegando por Internet me topé con una bonita postal que estaba escrita por delante y por detrás. Alojada en una página web de antigüedades por un valor muy inferior al que pagaría alguien de la familia porque estuviera nuevamente en sus manos.
A continuación la transcripción:
Argentona 27/8/ de 1905
Mi muy querido Papá: no estrañe que no le haya escrito antes; pues es por no haber recibido su postal hasta hoy Sabado. Desearia esté V. bien como nosotros a D.G. Deseo me lleve muchas cosas y entre ellas una Medalla de plata obsidada bien gorda, despues una alfiler de unos que valen dos reales y unos Rosarios, ¿Pido poco verdad? No se olvide de nada.
Muchos recuerdo de toda la familia para V.
Recibe los nacidos besos y abrazos del corazon de su hija
Lola.
Vuelve pronto.
Por detrás:
Carte Postale (francés)
Msier Rapael Pasant
Hotel Chapelle
Por Francia
Lourdes.
Pensaba en la historia a través del tiempo…. ¿Qué le llevaría a Rapael a estar en Francia? ¿Durante cuánto tiempo lo haría? ¿Pedía Lola todo el tiempo regalos?
Gracias a mi instinto investigador busqué y rebusqué pero no encontré -online- con estos pocos datos el Rapael Pasant de Argentona, Barcelona.
Supuse que se quedó sin descendientes y tal vez alguien pensó que todos estos papeles, vivencias, cariño, eran basura. O alguien lo vendió en un mercadillo dominguero. O simplemente eran papeles. Una postal más, una carta más, un padre y una hija más.
Y si todas mis suposiciones son erradas, puedo hasta intentar encontrarle el lado práctico a la historia y pensar que si había un gran volumen de cartas, recuerdos y poco espacio físico como se acostumbra en Europa, simplemente no sabían dónde podía caber tanto papel lleno de tinta. Una muy buena idea sin duda hubiese sido digitalizar estos recuerdos y colocarlos en línea. ¡Este es uno de los servicios que ofrece MyHeritage! Así sus memorias familiares pueden perdurar, no ocupar un lugar físico sino «la nube», y ser compartido y encontrado por más personas; más familia. Le invitamos a crear su sitio familiar sin demora y que no le suceda lo que a Lola y Rapael.
Yo me quedo soñando con estos personajes reales y puedo casi llegar a ver en la penumbra su reencuentro con abrigos negros de lana, abrazos larguísimos, besos apurados y un nervioso movimiento hurgando en los bolsillos los ansiados regalos: una medalla, un alfiler y algunos rosarios.
Gracias Lola por hacerme recordar que los sentimientos sobreviven aún a las existencias fugaces.
Víctor Vidal de Loño
octubre 20, 2015
¡Magnífica reseña, Sonia! Dan ganas de seguir investigando hasta encontrar a la preciosa protagonista de esta maravillosa historia…