Registros Parroquiales: ¿Qué información nos proporcionan?

Registros Parroquiales: ¿Qué información nos proporcionan?

Los registros parroquiales son todo un tesoro genealógico en España e Hispanoamérica. Siglos antes de que se crearan los Registros Civiles, ya los sacerdotes inscribían en sus parroquias los bautismos, matrimonios y defunciones de sus feligreses, componiendo así un valioso archivo lleno de datos sobre tus antepasados. ¿Ya lo has consultado? ¡En MyHeritage tenemos millones de registros parroquiales digitalizados!

Registros de varios siglos

La norma general de registrar los acontecimientos eclesiásticos nos remonta al Concilio de Trento (1545-1463). Entre las muchas decisiones tomadas por la Iglesia Católica en esta ciudad italiana, una de ellas fue la de encomendar a los párrocos registrar minuciosamente los acontecimientos de su parroquia.

Desde entonces y durante siglos, los registros eclesiásticos han sido un reflejo de cada época histórica, sumando a los fríos datos que almacenan otro tipo de información propia del momento (costumbres sociales, pandemias, guerras…). 

Pero vayamos a lo que más nos interesa, la información que contienen todos esos libros sobre nuestros antepasados para añadir a nuestra genealogía. ¡Es mucha más de la que puedes imaginar!

El bautismo como punto de partida

Entre todos los acontecimientos (sacramentos) que registran los libros parroquiales, el que no suele faltar a ninguno de nuestros antepasados es el bautismo. La elevada mortalidad infantil y el deseo de cualquier católico de que sus hijos no murieran sin estar bautizados provocaban que los padres solicitaran este sacramento lo antes posible. 

Los bautismos se encuentran en el Libro de Bautismos de cada parroquia y aunque la información es variable y depende de la minuciosidad del encargado de registrarlos, es prácticamente seguro que al menos incluirá el nombre completo, la fecha y lugar de nacimiento, legitimidad y nombre y apellidos de los padres.  

Con un poco de suerte, la lista aumenta y suma a los abuelos paternos y maternos, así como los testigos. Es importante recordar que entre estos últimos es frecuente encontrar tíos o parientes que tal vez no tengamos registrados en nuestra genealogía.

Otra importante fuente de datos: el matrimonio

Los matrimonios incluyen datos similares a los bautismos, pero además es común que incorpore la profesión de los contrayentes, así como la edad, un dato muy valioso para calcular “a ojo” el año de nacimiento y buscar posibles actas en una franja de años más acotada. Además de los padrinos, es posible que mencione a otras personas como testigos.

Finalmente, las defunciones repiten más o menos los mismos datos pero añaden otra información valiosa, como la causa de la muerte o su profesión en el momento de fallecer –que no tiene por qué  ser la misma que cuando contrajo matrimonio– y, sobre todo, si dejó testamento. Si es así, tendremos la opción de acudir en el futuro a los Archivos de Protocolos Notariales en busca de más información.

¿Es fácil encontrar mi registro?

Sí y no. La organización, exactitud y cuidado en los libros parroquiales dependía directamente del párroco o encargado de registrar, de modo que varía mucho de un libro a otro. En ocasiones verás un volumen aparte a modo de índice dedicado a consignar uno o más tipos de acontecimientos y en una época concreta (por ejemplo, Índice de Bautismos 1845-1850). 

Otras veces, dicho índice se encuentra al principio o final del propio libro y, a veces… no hay índice al que acudir, en cuyo caso debemos ejercitar la paciencia para localizar el registro deseado.

No todas las parroquias han tenido la misma fortuna a la hora de preservar sus valiosos libros: en etapas como la Guerra Civil española, muchos de ellos fueron quemados. Otros han desaparecido de una manera u otra, llevándose consigo parte de la historia. 

Por regla general, además de en la propia iglesia y al cargo de su párroco, una copia de estos libros se encuentran en el Archivo Diocesano del área correspondiente. Pero el mejor comienzo es, como siempre, buscar en nuestras bases de datos. 

Empieza, si aún no lo has hecho, creando tu árbol familiar en tan solo unos minutos y de forma gratuita en MyHeritage. Después, será el momento de sumergirnos en los acontecimientos de nuestros antepasados registrados en las iglesias desde hace siglos. ¡Es toda una aventura!