Muchas veces, las personas compran una prueba de ADN porque buscan reunirse con familiares perdidos hace tiempo. Pero a veces, los resultados de ADN reúnen a miembros de la familia que no tenían ni idea de lo que se perdían.
Este fue el caso de Debra Biagini, que actualmente tiene 62 años. Debra había crecido con ambos padres y nunca imaginó que el hombre que la crió no era su padre biológico, así que cuando se hizo la prueba de ADN de MyHeritage y vio que tenía una coincidencia padre-hija con un hombre que nunca había conocido, no podía creer lo que veía. Su padre biológico, Theodore Roosevelt Britton Jr., era un ex embajador de Estados Unidos y nunca supo que Debra existía, pero una vez que lo supo, él y su familia la acogieron con cariño en sus vidas.
Mira su conmovedora historia aquí:
Debra Biagini se trasladó a Roma (Italia) por motivos de trabajo 30 años antes. Los dos padres que la criaron ya habían fallecido. Al acercarse a la edad de 60 años, quiso hacer algo especial para sí misma en el importante aniversario de su nacimiento, y un amigo le sugirió que se hiciera una prueba de ADN y viajara a la región con el mayor porcentaje étnico en los resultados – una oportunidad para explorar la herencia africana de Debra. A Debra le encantó la idea y pidió un kit de ADN de MyHeritage.
Pero la información que cambió su vida para siempre no estaba en su Estimación Étnica. Estaba justo al principio de su lista de Coincidencias de ADN: Theodore Roosevelt Britton Jr., con una coincidencia del 48,5%, lo que indicaba que era su padre.
«En ese momento, yo literalmente me miré en el espejo diciendo: «¿Quién eres?»», dice Debra.
Al repetir para sí el nombre, se dio cuenta de que lo reconocía: había un hombre llamado Ted Britton con el que su madre había trabajado en los años 50 y del que le había hablado con cariño. Lo que su madre no le había contado era que había tenido una aventura con Ted, y que Debra era el resultado.
Debra buscó en Google a Ted y encontró mucha información sobre él por su trabajo como embajador de Estados Unidos. Enseguida vio mucho de sí misma en él:
Al parecer, su madre tampoco se lo había dicho a Ted. Cuando Debra logró ponerse en contacto con él, se sorprendió.
«Cuando me dijeron el apellido Biagini, y que ella era mi hija, dije: ‘Oh no no, yo no, no he estado tonteando ni nada de eso en Italia'», recuerda Ted. «Pero entonces… finalmente me enteré del nombre de su madre, y dije: ‘Ahh… ¡ella nunca dijo nada!'».
«Tuve un gran padre durante la primera mitad de mi vida, que era un padre maravilloso, cariñoso y atento… y de repente, me encuentro con un nuevo padre», dice Debra.
La familia de Ted ha acogido a Debra como parte de la familia. «Pasé de tener un hermano a tener de repente dos hermanas y dos hermanos más, primos, sobrinas y sobrinos», dice Debra.
«Es algo que lees, quizá, en los libros, o que hacen otras personas», dice Debra. «¡Pero no piensas que eso te va a pasar a ti!».
