Hermanos abandonados descubren la identidad de sus padres -y su oscuro pasado- después de 38 años

El 22 de abril de 1984, un ferroviario de la estación de França, en Barcelona, vio llorar a una niña de dos años. La niña, llamada Elvira, estaba acompañada por sus hermanos de 4 y 5 años… y nadie más.

Cuando el empleado le preguntó qué pasaba, Ramón, de 5 años, le explicó que los había dejado allí un amigo de su padre, que dijo que iba a por golosinas, pero nunca volvió. Curiosamente, cuando se les preguntó por los detalles que podrían haber ayudado a devolver a los niños a sus padres, los niños fueron incapaces de responder. No sabían el nombre de sus padres, ni dónde vivían, ni siquiera su propio apellido. Lo único que sabían era que habían vivido en París hasta hacía poco.

Los hermanos

Confiando en que los padres aparecerían en algún momento, las autoridades llevaron a los niños a un orfanato local.

Pasaron días, semanas y meses. Nadie vino a reclamarlos.

Afrontar un misterioso pasado

Finalmente, los hermanos fueron adoptados por una pareja local y crecieron juntos como una familia unida y feliz. Elvira se preguntaba por sus padres biológicos y por qué la habían abandonado, pero no pensó mucho en ello durante la mayor parte de su infancia. Sus hermanos tenían pequeños retazos de recuerdos de su vida anterior que surgían en momentos aleatorios, pero ella no tenía motivos para pensar en su misterioso pasado… hasta que tuvo sus propios hijos.

Elvira tuvo dos hijos, y el amor que sentía por ellos era tan intenso y profundo que no podía imaginar qué terrible tragedia debió de ocurrir para que su propia madre la abandonara a ella y a sus hermanos. Además, a medida que sus hijos crecían, empezó a darse cuenta de lo extraño de toda la historia: ¿cómo era posible que su hermano de 5 años no supiera su propio apellido?

Finalmente, en diciembre de 2020, Elvira decidió comprarse una prueba de ADN de MyHeritage como regalo de Navidad.

Nunca podría haber imaginado lo profundo que era el agujero al que estaba a punto de caer.

Un esfuerzo común

Los primeros resultados fueron sorprendentes para Elvira. Siempre había estado segura de que su familia era francesa, dadas las circunstancias de su abandono y los pocos recuerdos que sus hermanos tenían de la vida que habían tenido antes de ser abandonados. Sin embargo, la gran mayoría de las Coincidencias de ADN que recibió eran del sur de España, no de Francia. Por desgracia, todas las coincidencias eran demasiado lejanas para que pudiera llegar a conclusiones rápidas sobre la identidad de sus padres biológicos. Se puso en contacto con algunos de ellos, pero nadie tenía información útil que compartir. Estaba segura de haber llegado a un callejón sin salida y de que nunca sabría quiénes eran sus padres.

Cuando Elvira contó a sus hermanos y padres adoptivos que se había hecho una prueba de ADN, su madre les reveló que ciertas historias que le habían contado cuando eran pequeños la habían llevado a pensar que sus padres podrían haber estado implicados en delitos. La idea inquietó a Elvira, que era demasiado pequeña para recordar nada de sus padres.

En marzo de 2021, un amigo de Elvira la puso en contacto con la emisora de radio catalana RAC-1, y un popular programa de entrevistas nocturno, Islàndia, le hizo una entrevista grabada sobre su historia. La entrevista despertó un gran interés entre el público y Elvira recibió un aluvión de ofertas de ayuda. Una oyente, la criminóloga aficionada Carmen Pastor Argos, creó un post viral en Facebook en el que pedía ayuda para resolver el misterio, y se formó un equipo de voluntarios. Los hermanos de Elvira, Ramón y Ricard, también se sometieron a pruebas de ADN tiempo después que su hermana.

El descubrimiento inicial se produjo gracias a una coincidencia lejana en MyHeritage: alguien que compartía sólo el 1,4% del ADN de Elvira. El equipo consiguió ponerse en contacto con ella y Carmen siguió el hilo de las conexiones con gran determinación hasta llegar a una prima lejana que conocía la historia de los niños. Finalmente, Carmen llegó a Lorena, la hija de una prima hermana de la madre biológica de los hermanos.

Una nueva familia grande y unida… y una historia familiar complicada

Esa noche, Elvira habló con Lorena y pronto se encontró en un videochat con su hermano Ramón y sus posibles primos. La familia les mostró fotografías de ellos cuando eran bebés y de otros miembros de la familia, incluida una mujer que Ramón reconoció inmediatamente como su abuela. Pero lo más importante era que allí estaban ellos: Ramón Martos Sánchez, que da nombre a Ramón, y Rosario Cuetos Cruz. Sus padres.

Pero, ¿por qué abandonaron a sus hijos y dónde estaban ahora? Por desgracia, eran preguntas que la familia no podía responder. Habían perdido el contacto con Ramón, Rosario y los niños en 1983, y nadie sabía qué había sido de ellos.

Aun así, los parientes estaban encantados de haber encontrado a Elvira y a sus hermanos y los acogieron con entusiasmo en la familia. Los hermanos viajaron a Madrid para conocer a la familia de su madre y pronto pudieron reconstruir más detalles sobre sus pasados. Ramón padre era sevillano, uno de siete hermanos, de los cuales sólo uno vivía en aquel momento, y desgraciadamente falleció sólo dos días después de saber que habían encontrado a sus sobrinos desaparecidos.

Los hermanos confirmaron las sospechas de su madre adoptiva sobre la implicación de sus padres en la delincuencia: Ramón padre había sido ladrón y, en 1978, huyó a Francia con su familia tras un tiroteo con la policía. Ramón padre y Rosario vivieron en muchos lugares diferentes, moviéndose entre París y Toulouse en Francia, Bélgica, Suiza y España. Se desconoce el año exacto de su llegada a Francia, pero ha aparecido documentación en la que consta que Ramón hijo nació en la región de París en junio de 1978, por lo que parece probable que llegaran allí en 1977 o a principios de 1978.

Aunque la familia describía a Ramón padre como encantador y divertido, y las fotos mostraban a una familia feliz y cariñosa, los padres biológicos de Elvira tenían aspectos más oscuros. Ramón era violento con Rosario y tenía fama de mujeriego. Los familiares afirmaban que Rosario quería mucho a sus hijos, pero también tenía un lado duro. A Elvira le contaron que Rosario rara vez se reía.

«Creo que tuvo una vida dura, que se hizo más difícil por estar siempre al acecho o huyendo», declaró Elvira a The Guardian en una entrevista reciente.

Dado el tiempo transcurrido, parece poco probable que Ramón padre y Rosario sigan vivos. Los primos sabían que Ramón padre había estado enfermo en el tiempo que precedió a su desaparición, y es posible que su muerte provocara el abandono de los niños. También es posible que los padres dejaran a sus hijos con el amigo del padre, preocupados por su seguridad, y que luego murieran en un trabajo peligroso o asesinados por una banda rival. Elvira ha seguido buscando información sobre lo que les ocurrió y espera que la historia completa salga a la luz.

Mientras tanto, ha pasado a formar parte de una gran familia muy unida en el centro y sur de España. Aunque mantiene una relación estrecha y afectuosa con su familia adoptiva y sus amigos en casa, encaja con su nueva familia de formas que nunca tuvo en Cataluña; por ejemplo, su amor de toda la vida por el flamenco. Su tía Felisa explica que a su padre le encantaba el flamenco y siempre lo escuchaba en la radio. Una de sus primas también baila flamenco. Conectar con su familia biológica la ha hecho sentirse más completa.

Los hermanos en la actualidad

Puede que Elvira nunca sepa qué llevó a sus padres a abandonarla, pero está agradecida por cómo se desarrollaron las cosas, sabiendo que la vida que tuvo al crecer en Barcelona fue probablemente mucho mejor, más segura y más estable que la que podría haber llevado con sus padres biológicos. Uno de sus hijos, al oír las historias sobre su infancia, expresó cierta preocupación por haber sido abandonada, pero Elvira le tranquilizó: » Yo le digo que esto es algo singular que me ocurrió a mí y que no le ocurrirá a él», declaró a The Guardian.

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