No me lo cambiaría, me parecería una ofensa a mis padres que lo eligieron con toda la ilusión.


Por alguna razón (no creo en las “casualidades”), esta semana dos personas me preguntaron si sabía qué procedimientos debían realizar para cambiar sus nombres.
En algunas otras oportunidades hemos escrito sobre nombres “extraños” y hemos dicho que por algún momento o gusto “especial” de los padres, seleccionan un nombre para sus hijos el cual puede ser algo no grato de llevar.
Cambiar de nombre no es algo fácil. Debe existir una razón de peso para hacerlo. El Ministerio de Justicia de España, por ejemplo, comenta en su sitio web, que es posible cambiar el nombre propio:
- Cuando lo solicite el interesado por usar habitualmente un nombre distinto del que consta en la inscripción de nacimiento o por otra justa causa.
- Cuando el nombre se hubiese impuesto con infracción de las normas establecidas.
- Cuando se trate de la traducción de un nombre extranjero.
- Cuando se trate de la traducción o adaptación gráfica o fonética a las lenguas españolas.
- Cuando se rectifique la mención registral del sexo.
En prácticamente todos los países que hemos investigado, las reglas son más o menos similares, siendo un hecho concreto el que cambiar de nombre no es algo tan simple, que implica abogados, papeles, dinero y tiempo entre algunas otras cosas.
Teniendo claro que es complejo, sin embargo sólo fantaseando, planteo la pregunta. ¿Si fuera simple el proceso de cambio de nombre, se lo cambiarían? Deje su comentario a continuación.
Lilia Flores
septiembre 6, 2013
No, me gusta mi nombre: Lilia!!! 😀