La Cédula Personal, una fuente valiosa de información familiar
- Por Sonia Meza
Si estás ya embarcado en el apasionante viaje de completar tu árbol familiar o si te planteas zarpar por primera vez, te conviene conocer el gran valor genealógico de la cédula personal española (también conocida como cédula de identidad o de ciudadanía en otros países de habla hispana). El primer paso en este empeño es también el más rápido y sencillo: crear gratuitamente tu árbol genealógico en MyHeritage.
Ya has añadido la información que tienes de tu familia pero quieres más. ¿Podemos conseguir más datos en una cédula personal? Desde luego, más de lo que imaginabas. En primer lugar, vamos a situarnos brevemente en el contexto.
En la actualidad, todos los españoles llevan su DNI en el bolsillo. El Documento Nacional de Identidad se utiliza en multitud de trámites y servicios cotidianos para identificar a su portador, y además cada día es más seguro y difícil de replicar o alterar, incorporando un chip y ajustándose a las certificaciones y estándares del resto de países de la Unión Europea.
Esta actual sofisticación tecnológica es la última etapa de un documento que cuenta ya con 79 años de historia. En 1944, el popular DNI español era una simple tarjeta plastificada con la fotografía del ciudadano. Y hasta ese momento… ¿Cómo se identificaban los españoles?
Conoce a tu familiar por su cédula personal
En el caso de España, la cédula personal fue un documento creado en 1854 y que permaneció en vigor hasta 1944, año en que se puso en marcha la creación del actual documento nacional de identidad.
Originalmente se trataba de una hoja de papel –como su nombre ya indica, puesto que el término cédula procede del latín ‘schedula’ u ‘hoja de papel’– en la que figuraban diferentes datos del ciudadano.
Y como ha ocurrido en infinidad de ocasiones a lo largo de la historia, la finalidad de su creación respondía a la necesidad de un mayor control sobre los bienes y ganancias de quienes lo portaban. En otras palabras: para recaudar más y mejor los impuestos.
El valor genealógico de la cédula
A pesar de que toda historia del pasado es interesante, puede que aún no le veas mucho interés genealógico a este documento. Tal vez creas que te mostrará poco más que el nombre y apellidos de tu antepasado, no siempre le acompaña una fotografía… ¿Qué puede aportar?
Contrariamente a la información básica que presenta el actual documento nacional de identidad español, en las cédulas personales no solamente se incluían los datos básicos de cada ciudadano y que todos podemos imaginar: nombre, apellidos, lugar de origen y de residencia, estado civil… sino también otra información que no siempre incluyen documentos como los registros parroquiales o los certificados de nacimiento.
Así, en las cédulas personales constaba la profesión, el lugar de trabajo e información relativa a sus ingresos, clasificando a continuación a cada persona con una determinada Tarifa y Clase con el objeto de asignar los impuestos que debía pagar.
Ya hemos hablado otras veces de toda la información y beneficios que podemos obtener de un documento. En primer lugar, aportar una fuente a nuestros datos y hacerlos así más precisos y confiables. Pero no es todo. Cada documento contiene información variable sobre la persona o personas que se mencionan. A veces más, a veces menos, dependiendo de factores como el tipo de documento, el celo del registrador y la cantidad de datos que pudiera aportar la persona de sí mismo y del resto.
En el caso de la cédula personal, no solo encontraremos información básica sino otros datos que tal vez nos sorprendan y, como ocurre en muchas ocasiones, nos aporten pistas muy valiosas para seguir investigando.
Un par de ejemplos. Tal vez la cédula de tu bisabuelo indica su profesión y el nombre de la fábrica en la que trabajaba, o un domicilio que no conocías. Son indicios que te invitan a buscar en otros registros y archivos donde obtener fechas, nombres, nuevos datos… Del mismo modo, si la cédula menciona su patrimonio y este tenía al menos una relativa importancia, es muy posible que haya testado, registrándose ese testamento en un archivo de protocolos notariales de la localidad o zona donde vivía tu antepasado.
En resumidas cuentas, en la historia familiar es muy común que un dato nos lleve hasta un documento y este a otro y a otro, sumando información y reconstruyendo las historias de nuestros antepasados. Cualquier pista puede suponer desbloquear una investigación aparentemente atascada por falta de información.
¿Hay en tu casa o en la de tu familia alguna caja o armario con viejos papeles? ¿Emigró tu abuelo a Argentina, México u otros países con una cédula personal en su maleta? Como se trataba de un documento importante que acompañó a quien la tuvo durante muchos años, es muy común que la hayan conservado como un recuerdo más, incluso un vínculo entrañable con su país de origen en el caso de los emigrantes.
La cédula personal no es un documento exclusivo de España. En muchos países hispanoamericanos se puede encontrar con un nombre ligeramente distinto –cédula de identidad, cédula de ciudadanía…– y, en cada caso, muestra una información diferente con mayor o menor interés genealógico.
Nuestro consejo es muy simple: empieza hoy mismo recopilando las cédulas y documentos de identificación de tu familia y mira atentamente qué información contienen. Todos estos tesoros y recuerdos que consigas son un valioso legado que puedes incorporar al árbol familiar gratuito que puedes crear en MyHeritage.
Y si ya tienes tu historia familiar en marcha, no dejes de buscar en nuestras bases de datos o entre tus parientes la información que hará crecer tu árbol y que se vea cada día más frondoso. Ya sabes que alimenta del mejor abono, ¡la historia de tu propia familia!