

Hemos asumido que, a la hora de investigar en nuestra historia familiar preguntando a cada familiar, cada fuente es mejor cuanto más años tenga cumplidos. Es decir, damos por hecho que nuestros padres, tíos, abuelos o -si tenemos esa gran suerte- bisabuelos son quienes alimentan nuestra genealogía con datos, anécdotas, recuerdos, etc. más valiosos.
Y es cierto, por supuesto que sí. Las vivencias de nuestros mayores son una fuente inagotable para la historia familiar, y siempre deben formar parte de nuestras primeras entrevistas para obtener datos y recuerdos que merecerá la pena atesorar.
Pero sumado a eso, tenemos otras fuentes familiares muy cercanas. Ya hemos hablado de cómo involucrar a nuestros hijos en nuestra -su- historia familiar, incluso creando junto a ellos un árbol genealógico que sirva como puerta de entrada a este mundo maravilloso.
Así que ahora que les hemos ayudado ¡Es hora de que ellos nos devuelvan el favor y aporten todo lo que puedan!
Comparte tus preguntas y escucha
La primera forma en que nuestros hijos nos pueden ayudar es con su forma particular y fresca de ver las cosas. Cuando hemos dado vueltas y vueltas sobre el mismo ‘misterio’ familiar sin llegar a una conclusión definitiva… pregúntales.
Deja que ellos también opinen. Su percepción, combinada con diferentes experiencias a las tuyas será como poco enriquecedora, pero algunas veces también reveladora. ¿Por qué el abuelo dejó su pequeño pueblo natal y se mudó a la capital?
Tal vez tú no lo sepas y él sí. Porque lo analice desde un ángulo que a ti no se te había ocurrido. O porque sepa algo que tú desconoces: “escuché en una ocasión al abuelo decir que…”.
En muchas ocasiones los mayores comparten pensamientos, historias, etc. con los más pequeños que jamás has escuchado tú. Si una abuela considera que hay una pequeña historia de su infancia que puede ilustrar, aclarar algo o simplemente divertir a sus nietos, no dudes que se la relatará con todo el amor del mundo, y quizás no lo ha hecho nunca contigo porque no surgió en la conversación o, simplemente, porque no se acordó en ese momento determinado.
¿Verdad que te ha pasado que en un momento dado alguien te cuenta una historia o parte de ella que no te había contado hasta entonces? “Es que no me acordaba” o “Al ver este mueble me ha venido a la cabeza que…”
Así que, ¿Estás seguro que tus hijos no conocen anécdotas de vuestra familia totalmente inéditas para ti? ¡Ponles a prueba!
Ellos también tienen datos
Recuerdo cómo una amiga me contaba que pudo obtener la fecha exacta de una celebración familiar sencillamente porque la copia de la fotografía que guardaba su sobrina la tenía manuscrita detrás, junto a una dedicatoria.
De modo que es una estupenda idea revisar los recuerdos que tus hijos guardan de sus abuelos y familiares, porque pueden albergar sorpresas en forma de detalles y notas que los convierten en ‘versiones exclusivas’.

Revisa junto a tus hijos sus recuerdos y fotografías
Además, si veis juntos dichos recuerdos, no solo disfrutaréis de una estupenda experiencia familiar sino que seguramente funcionen como disparadores que os ayuden a recordar juntos y completar detalles que pudieron quedarse fuera a la hora de registrar un evento.
Por ejemplo, aunque ambos hayáis estado en la misma boda, muy posiblemente ha sido en mesas distintas. Tu visión estará más centrada en el ambiente de los adultos, la suya en la de los niños o jóvenes. Probad a reunir las dos visiones y la escena será mucho más completa.
Y si hablamos de datos concretos, la memoria de un niño o joven puede ser más precisa a la hora de registrar detalles que a ti te han pasado por alto o has anotado sin poder contrastarlos con documentos. Su versión es, cuando menos, digna de tomar en consideración como una posibilidad más si nos falta el dato exacto.
Siéntalos al ordenador
Finalmente, tus hijos pueden prestarte una ayuda valiosísima cuando hay tecnología por medio. ¿Has visto con qué soltura y eficacia se manejan frente a un ordenador o dispositivo?
Aprovecha su condición de nativo digital y sentaos juntos delante de la página de MyHeritage. Aunque todas nuestras herramientas de búsqueda e investigación están concebidas para que resulten accesibles a todos los usuarios, ellos descubrirán rápidamente las mil posibilidades de cada una de ellas y pronto sabrán cómo sacar el máximo partido.
Comparte tus búsquedas, las lagunas de tu árbol familiar y cualquier nombre o dato pendiente en vuestra genealogía, que al fin y al cabo es de los dos. Y a continuación, deja que busque entre miles de millones de registros del Catálogo de la Colección, que utilice todos los filtros y funciones, que repase contigo las coincidencias… ¡que se involucre y participe en tu pasatiempo favorito!

Deja que tus hijos se diviertan con herramientas como DeepStory. ¡Verás lo que consiguen!
E invítalo a ‘jugar’ con las fotografías familiares y herramientas como AI Time Machine, DeepStory… o bien que repare y coloree las imágenes más antiguas. ¡Seguro que obtiene resultados espectaculares !
Lo mejor de todo, además de cualquier hallazgo que se incorpore a vuestra genealogía, será el tiempo en familia del que habréis disfrutado y que, seguramente, habrás obtenido un nuevo aliado ‘enamorado’ de la historia familiar.
Comparte tu legado con tus seres queridos y presérvalo como el patrimonio común que es gracias a las herramientas que MyHeritage pone a tu disposición. Y si aún no has creado tu árbol familiar, ¿a qué esperas? Es rápido y gratuito. ¡Comienza hoy mismo!