Descubrí un secreto de 76 años sobre el padre biológico de mi madre… y saqué a la luz otro secreto

Descubrí un secreto de 76 años sobre el padre biológico de mi madre… y saqué a la luz otro secreto

Un secreto familiar

Mi madre nació en octubre de 1946 en Battersea, Londres. Su madre de 18 años, Lilian Monger (mi abuela), no estaba casada y el nombre del padre de mi madre no figuraba en su partida de nacimiento.

Cuando mi abuela se casó en marzo de 1949, mi madre fue reinscrita con el apellido de su nuevo padre. Desde el punto de vista de mi madre, Joe Fenley siempre había sido su padre. Un familiar le reveló a mi madre que su padre biológico era otro hombre. Mamá debió preguntarle a mi abuela en su momento, pero no recibió respuesta alguna. Después de eso: silencio. Madre e hija nunca hablaron de ello.

Linda Monger (después Fenley) alrededor de 1953.

Linda Monger (después Fenley) alrededor de 1953.

Mamá siempre supuso que ella fue el resultado de un breve romance tras 6 años de guerra, y que su padre biológico nunca supo de su existencia. Hablamos de ello de vez en cuando, y sé que le hubiera gustado tener algunas respuestas, aunque sólo fuera para satisfacer su curiosidad; pero con el paso de los años, se hizo más difícil abordar el tema con mi abuela. Cuando empecé a investigar mi historia familiar, hablé con los hermanos de mi abuela, pero nadie conocía la identidad del padre biológico de mamá. Mi abuela había guardado silencio también en el verano de 1946.

Mi abuela murió en 1998, llevándose su secreto -y cualquier esperanza de averiguar la verdad- con ella. Ese podría haber sido el final de la historia si no fuera por la llegada de Internet y el fácil acceso a las pruebas de ADN.

Penumbra

Después de 30 años de investigación, en agosto de 2020, comencé a escribir un libro sobre mi historia materna. Decidí hacerme una prueba de ADN. Los resultados revelaron varias coincidencias cercanas cuyos nombres reconocí, pero algunos de los nombres eran nuevos para mí. Como mi padre también se había hecho la prueba, pude identificar qué coincidencias estaban relacionadas conmigo a través del padre biológico de mi madre. (Mi madre murió en 2013, antes de que las pruebas de ADN estuvieran generalizadas).

Empecé a construir un árbol genealógico en torno a esas coincidencias cercanas, y logré trazar unos 250 nombres. Identifiqué nuestro ancestro común: una mujer llamada Hannah Thackra, nacida en Newcastle en 1871. Si mis coincidencias descendían de ella y yo estaba emparentada con ellas, la lógica dictaba que Hannah Thackra era también mi antepasada.

Fue un descubrimiento emocionante. Una cuarta parte de mi línea de sangre que había estado en blanco durante 50 años contenía de repente nombres entremezclados de personas con las que compartía un parentesco.

El árbol genealógico era complicado. Hannah Thackra se había casado con Ernest Howes y había tenido una hija, Linda Howes. Tras enviudar, se casó con Robert Claringbold, un viudo con hijos de su primer matrimonio. La hija de Hannah, Linda Howes, tuvo hijos con 3 parejas diferentes.

Estuve muy cerca de descubrir la identidad del padre biológico de mi madre, pero el ADN no quiso revelar sus secretos. A veces, lidiar con la maraña de hechos y pruebas de ADN relacionadas con la familia Thackra era como luchar con un pulpo: nada más sujetar algunos tentáculos, otro se soltaba. Mirando en retrospectiva, la respuesta estaba delante de mis ojos, pero, en aquel momento, la identidad del padre biológico de mamá se me escapaba por razones que quedaron claras más tarde.

Probando otra vía: MyHeritage

Uno de mis parientes había realizado una prueba de ADN con MyHeritage, y esto nos impulsó a papá y a mí a hacer lo mismo. Los resultados de mi ADN revelaron varias coincidencias.

Dos mensajes y una respuesta más tarde, las piezas fueron cayendo como fichas de dominó en cadena. En el lapso de media hora, mis coincidencias de ADN en MyHeritage habían desvelado un secreto familiar de 76 años. El padre de mamá nació en Jarrow, Tyneside, en 1924. Su nombre era Robert Howes.

Decir que fue un momento emocionante es quedarse corto.

Verdades insólitas

Desde mi primera prueba de ADN, quedó claro que había heredado el ADN de las familias Thackra y Claringbold. Inicialmente, sólo había una persona que poseía esta combinación de ADN: el hijo de Hannah Thackra y Robert Claringbold, Christopher. Sin embargo, había regresado a Canadá en noviembre de 1945 tras luchar en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que no podía ser el padre biológico de mamá.

Nadie más encajaba en los criterios hasta que la prueba de ADN de MyHeritage reveló un escenario que no había considerado: el padre biológico de mi madre había sido engendrado por el padrastro de su madre (es decir, su padre era su abuelastro). Robert Howes era el hijo de Linda Howes y Robert Claringbold. No está documentado en ninguna parte y sólo queda claro al analizar el ADN. Citando a uno de los detectives de ficción más famosos del mundo, Sherlock Holmes: «Cuando has eliminado todo lo que es imposible, lo que queda, por improbable que sea, debe ser la verdad». La ciencia no miente.

Un descubrimiento inesperado

Y por si fuera poco, las coincidencias de ADN revelaron otro secreto. Mi tatarabuela, Hannah Thackra, había tenido un romance. Linda Howes no era hija de su marido. El padre de Linda era un Litvak, un judío lituano llamado Louis Levy. Había emigrado del shtetl de Darbenai a Inglaterra en la década de 1890 y se estableció en South Shields. La familia está bien documentada y he estado en contacto con primos de Estados Unidos que me han proporcionado una fotografía. Al pasarla por la herramienta Reparador de Fotos de MyHeritage y Deep Nostalgia™, comprobé que ¡Louis era un rompecorazones!

Se cree es Louis Levy (hay un gran parecido con las fotografías confirmadas de los hermanos de éste). (izquierda) Usando la opción de foto reparada de MyHeritage, y (derecha) una captura de pantalla de Louis mediante Deep Nostalgia™.

Se cree es Louis Levy (hay un gran parecido con las fotografías confirmadas de los hermanos de éste). (izquierda) Usando la opción de foto reparada de MyHeritage, y (derecha) una captura de pantalla de Louis mediante Deep Nostalgia™.

Familia largamente desaparecida

Mantuve a mi familia al tanto de mis progresos y descubrimientos. Me han apoyado mucho y estaban encantados de que hubiera resuelto el misterio, especialmente las dos hermanas de mi abuela. Sé que mi madre también estaría encantada.

El padre biológico de mi madre murió en 1984, pero descubrí que tuvo tres hijos después de que naciera mi madre. Gracias a una combinación de registros de nacimiento, registros electorales y redes sociales, conseguí localizarlos. Les escribí, quizá la carta más importante que he escrito nunca. Estaban asombrados. Mamá había tenido razón: su padre biológico no sabía de su existencia. Él y mi abuela debieron mantener un breve romance mientras él estaba en Inglaterra de permiso antes de regresar con el ejército británico a Karachi, en lo que ahora es Pakistán.

La familia ha sido extremadamente acogedora y servicial. Me han enviado fotografías y una copia de la cartilla del servicio militar de su padre. En ella se confirma que estuvo de permiso en Londres hasta febrero de 1946. La familia también confirmó el parentesco de Robert Howes, lo que demostró mi teoría de que su bisabuelo era el padre.

He conocido a uno de los medio hermanos de mi madre y espero conocer al resto de la familia a finales de este año. La experiencia ha sido muy positiva para mí. Lo más importante es que he completado la historia de mi madre y he revelado una nueva en el proceso, además de desbloquear una cuarta parte de mi genealogía.

Linda Monger (más tarde Fenley) en torno a 1956 y su padre biológico, Robert Howes ( también Doyle) con su uniforme del ejército británico en 1946.

Linda Monger (más tarde Fenley) en torno a 1956 y su padre biológico, Robert Howes ( también Doyle) con su uniforme del ejército británico en 1946.

Enseñanzas

Si estás en un viaje similar y estás esforzándote, mi consejo es: ¡no te rindas! Encontrar a un familiar perdida requiere experiencia y habilidad, pero también suerte. Tu éxito dependerá de quién esté en la base de datos y quizás de quién responda a tus preguntas. Continuamente se envían muestras de ADN: nunca se sabe cuándo alguien se hará una prueba y ofrecerá el descubrimiento que se necesita. Mi descubrimiento vino de alguien cuyo nombre no reconocí y con quien comparto sólo el 3,3% de mi ADN (un primo medio lejano).

Por último, recuerda a Sherlock Holmes: «Cuando has eliminado todo lo que es imposible, lo que queda, por improbable que sea, debe ser la verdad». La ciencia no miente.

Muchas gracias a Lisa por compartir su increíble historia. Si estás buscando respuestas sobre el pasado de tu familia, una prueba de ADN de MyHeritage es un gran punto de partida. Pide tu prueba de ADN hoy.