Oficios en extinción: Barbero-cirujano

Oficios en extinción: Barbero-cirujano

¿Le ha pedido alguna vez a su peluquero o barbero que le extraiga una muela que le esté doliendo? No querrá atenderle, pero eso es exactamente lo que hacían en tiempos medievales. Su amistoso amigo el barbero-cirujano proporcionaba tratamiento médico a la mayoría de la población. Era la clínica de urgencias de la Edad Media.  

Probablemente sea bueno que el barbero-cirujano sea hoy un oficio en extinción. ¿Qué oficios extinguidos tenían sus antepasados?

(Créditos imagen: richardhenryco)

Los barberos-cirujanos existieron en el siglo XIII e incluso antes, cuando casi todos los centros de de población tenían su propio practicante y casa de baños. La mayoría eran entrenados como aprendices durante un tiempo tan largo como siete años.

Esta persona atendía -además de cortes de pelo, afeitados y procedimientos cosméticos- cuidados de heridas, huesos rotos, remedios herbales, vendajes, sangrados y aplicación de ventosas. En la Alemania del siglo XVI, los barberos-cirujanos empezaron a especializarse en la extracción de muelas u operar cataratas. A menudo, las operaciones eran un espectáculo público en las ferias de pueblos y ciudades.

Además, estos establecimientos eran centros de comunicación e información, y probablemente el origen de que hoy pensemos en peluqueros y clientes hablando entre ellos de cualquier tema. Hay evidencia de un barbero-cirujano en Bolonia solicitando una licencia para realizar lecturas públicas de las noticias de Roma y Venecia.    

En los siglos XIV y XV, la medicina y la cirugía estaban en pañales. La impresión acaba de ser inventada (1452) y los viajes de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo eran bastante recientes (1492). Aunque la escuela médica de Salerno (Italia) había sido fundada en el siglo XI, apenas estaba en funcionamiento. En esa época, la medicina y la cirujía eran practicadas por la misma persona, ambas especialidades no se independizaron hasta mucho tiempo después.

La cirujía original era exclusivamente practicada por sacerdotes hasta 1215, cuando el Papa Honorio III concedió la práctica de la medicina a los laicos y forzó a los enfermos a visitar a los sacerdotes en sus claustros. Estos sacerdotes llegaron a ser quienes emitían el diagnóstico, mientras que los barberos eran los cirujanos

Hasta 1638, en muchas zonas no se requerían cualificaciones especiales. En otros lugares, los barberos-cirujanos tenían su propio gremio y, tras superar un examen, se convertían en maestros artesanos.

En Italia, el oficio no era tan común porque médicos competentes eran enseñados en universidades de Salerno, Bolonia y Padua.

Algunos lectores recordarán que en el musical “El Hombre de la Mancha”, Don Quijote y su escudero Sancho Panza se encuentran con un cirujano-barbero, aprovechando su habilidad para que les proporcione un buen afeitado y también les aplique vendaje para cualquier error que su navaja de afeitar pueda ocasionar.

Uno de los barbero-cirujano más famosos fue Ambroise Paré, cuyos 20 años en la profesión le convirtieron en uno de los cirujanos más famosos, llegando a ser médico de los reyes Enrique II, Francisco II, Carlos IX y Enrique III.

Nacido en 1509 en Laval, Francia, aprendió latín de un sacerdote y estuvo como aprendiz de un cirujano-barbero de su ciudad. Más tarde, fue a París a estudiar cirugía, trabajando para un profesor del Colegio de Francia y siendo residente del Hotel-Dieu, el hospital más grande del mundo en esa época.

En 1536, a los 27 años, fue asignado como cirujano a un coronel-general para servir en Italia. Volvió a París y tuvo una larga e innovadora carrera. Publicó numerosos libros, fue activo a la hora de promover la incipiente industria de la prótesis y es considerado el padre de la cirugía francesa, la patología forense moderna, las técnicas quirúrgicas y la medicina militar. También inventó instrumentos de cirugía. Murió el 20 de diciembre de 1590, a los 81 años de edad.

Lo que aún permanece de estos cirujanos-barberos es el característico cartel con un cilindro blanco y rojo en el exterior de las peluquerías. Algunos investigadores dicen que es un símbolo originario de la antigua Grecia que indicaba a los viajeros que era un lugar donde podían encontrar ayuda. Muchas fuentes indican que la franja blanca era la sangre, mientras que las blancas representan las vendas. En América, se añaden a menudo franjas azules.

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Comentarios

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  • Pedro Enrique Racagni

    noviembre 22, 2016

    Mis ascendientes franceses, leí en un periódico, creo que se titulaba» Normandie – París» del año 1949, donde se narraba la historia, de mis familiares, de apellido «de Maussion de Candé» que eran militares que se dedicaban a instruir a los «Delfines».-

    • SM

      Sonia Meza

      noviembre 23, 2016

      ¡Qué curioso!

  • Ma. Doris Salazar M.

    noviembre 23, 2016

    Muy buenos todos los artículos que nos compartieron. Gracias