El Amor en la época de la Gripe Española

El Amor en la época de la Gripe Española

En los últimos meses, ha quedado claro que la pandemia de coronavirus cambiará nuestras vidas de muchas maneras, entre ellas, la forma en que nos conectamos con nuestros seres queridos. Los expertos dicen que el distanciamiento social es la única arma efectiva que tiene la humanidad en este momento para frenar la propagación de la pandemia. En muchos lugares del mundo, los dirigentes han hecho un llamamiento a sus ciudadanos para que expresen su amor por los demás de una forma totalmente opuesta a la que estamos acostumbrados: en lugar de aumentar nuestra cercanía física, se supone que debemos mantenernos alejados unos de otros y evitar el contacto, incluidos los abrazos y los besos.

Besarse es una de las formas más comunes en que los humanos muestran afecto por los demás. Las normas difieren de una cultura a otra: en algunos lugares, los amigos se besan como un saludo, mientras que en otros lugares, los besos se reservan para los amantes y los familiares cercanos. A lo largo de la historia, la gente ha besado las manos o los pies de sus gobernantes y ancianos para mostrar respeto, y esto todavía se practica en algunas partes del mundo. Sean cuales sean las normas, el gesto es una expresión universal de amor y admiración.

Desafortunadamente, el beso es también una de las formas más seguras de propagar la infección.

Entonces, ¿qué significa prohibir el beso como una forma de proteger a nuestros seres queridos del virus?

No somos la primera generación que se enfrenta a este dilema. El equipo de investigación de MyHeritage indagó en los archivos digitales, incluyendo nuestra extensa colección de periódicos históricos, para aprender cómo la gente se relacionaba con los besos durante la pandemia de gripe española hace 102 años. Al igual que hoy en día, el distanciamiento social fue clave para luchar contra la propagación de la enfermedad, y la gente se vio obligada a adoptar una nueva actitud hacia el beso.

Aquí están los hallazgos del equipo:

Deja ya de besar

En enero de 1919, estaba claro que besar no era «un asunto para reírse».

Fuente: The Seattle Star, 13 de enero de 1919

Este artículo de The Seattle Star describe una caricatura iluminando la gripe y continúa diciendo que la gente también se rió de la idea de que los besos propagan la enfermedad. «Ahora la gente sabe que besarse no es motivo de risa en una epidemia de gripe», dice. «Tampoco lo es la gripe.»

De hecho, el tono de algunos artículos que pedían a los ciudadanos que dejaran de «besarse innecesariamente» era cualquier cosa menos ligero:

Fuente: Daily News (Perth, WA), 26 de marzo de 1919

El artículo anterior del Daily News de Perth, Washington, apunta particularmente a las mujeres, «que besan la mejilla del otro en lugares promiscuos, mientras que a menudo sus corazones son duros en su interior».

«Un beso debe ser un rito sagrado, sólo se da entre personas que tienen para el otro un amor profundo y real», dice. «Practiquemos por lo menos los cuidados y abstengámonos de ese beso efusivo y por lo general totalmente innecesario que se practica en el día a día de una multitud de personas… En este momento tan difícil, pongamos cuidado y dejemos que el sentimiento se cuide por sí mismo… La población debe adoptar una postura firme, por lo menos hasta que esta devastadora epidemia termine, y contentarse con un apretón de manos y así evitar el riesgo de pasar de boca en boca los gérmenes de la ‘gripe'».

Es interesante observar que en nuestra época también se ha desaconsejado fuertemente el apretón de manos, ya que el contacto mano a mano es también un factor de riesgo importante. En su lugar, los gobernantes han instado a la gente a chocar los codos o a hacer una reverencia sin contacto. El «apretón de manos de Wuhan» – un saludo que implica golpear los pies unos contra otros – incluso surgió en China como resultado de estas medidas.

Source: Asbury Park Press, January 1, 1909

Fuente: Asbury Park Press, 1 de enero de 1909

Este artículo del Asbury Park Press llamó al beso un «hábito insalubre»: «El peligro a menudo repetido de transmitir enfermedades por la práctica del beso debe ser atendido por el bien de los bebés y niños pequeños indefensos… Supongamos que por el bien de la humanidad todos nos preocupamos por nosotros mismos así como por nuestro prójimo y dejemos este hábito malsano… para estar seguros, dejemos de besar de una vez».

Algunos, sin embargo, rechazaron estas advertencias, incluyendo dirigentes locales como el alcalde de Cincinnati, John Galvin:

Fuente: The Meriden Daily Journal, 3 de marzo de 1919

«Al no haber ninguna ordenanza ‘anti-beso’ en Cincinnati, el alcalde John Galvin, dirigiéndose a 800 tropas de Ohio que regresaron, dijo: ‘Ahora les daremos la oportunidad de besar a sus hermanas. Por supuesto, si no es su hermana… bueno, miraremos hacia otro lado. No hay ninguna norma ‘anti-beso’ y si la hubiera, el alcalde no está dispuesto por el momento a creer que se cumpla».

En nuestros días, también, ha habido dirigentes locales que se han encogido de hombros ante los peligros de las reuniones y la cercanía social.

La pantalla de besos

A medida que crecía la conciencia de la teoría de los gérmenes, la gente empezó a entender que la enfermedad podía propagarse a través de los besos. Casi una década antes de que estallara la gripe española, la Sociedad Farmacéutica Nacional aprobó un producto llamado «pantalla osculatoria»:

Fuente: Oakland Tribune, 1 de mayo de 1910

La pantalla fue «diseñada para hacer el beso higiénico y salvaguardar a los enamorados del peligro de los gérmenes», afirma este artículo de 1910 del Oakland Tribune. Describe la pantalla como «gasa de seda desinfectada a través de la cual se realiza el beso, la gasa se mantiene en un marco de marfil y se coloca entre los labios antes de que se toquen».

El producto también apareció en el Oklahoma News en 1912:

Fuente: The Oklahoma News, 22 de febrero de 1912

Poco sabían que este dispositivo tendría una relevancia particular varios años después. En febrero de 1920, el Popular Science Monthly publicó un artículo sobre él también:

Source: Popular Science Monthly, February 1920

Fuente: Popular Science Monthly, febrero de 1920

«Los científicos nos advierten que los besos son antihigiénicos, ya que transmiten todo tipo de gérmenes nocivos», dice. «La mayoría de nosotros estamos dispuestos a correr este riesgo, pero siempre hay algunos prudentes que se esfuerzan por el beso puro y perfecto. Uno de ellos ha inventado esta pantalla para besar, que podría ser fácilmente utilizada como una raqueta en sus momentos de ocio.» ¡Es bueno saber que era multipropósito!

Por supuesto, ahora sabemos que una pantalla como esta sería inútil, incluso si el «antiséptico» con el que supuestamente estaba cubierta la red era efectivo. Los gérmenes se propagan no sólo por la boca, sino también por la nariz. Sin embargo, parece que hoy en día muchos no lo han interiorizado, ya que todavía es común ver a personas que llevan máscaras que sólo cubren la boca y no la nariz.

De Dinamarca a México

Los Estados Unidos no era el único lugar donde la gente se enfrentaba al problema de los besos, al igual que es un problema mundial hoy en día. El equipo de investigación de MyHeritage también encontró algunos artículos de periódicos de otros países que pesaban sobre el asunto.

Este artículo de un periódico danés, Middelfart Avis, publicado el 8 de diciembre de 1918, se titula «Besos peligrosos». Se analiza lo crítico que es evitar los besos, aportando un ejemplo de un barco de España que trajo la fiebre a la costa de Florida. A los miembros de la tripulación se les prohibió bajar a tierra, pero un hombre se escabulló para encontrarse con su novia en la ciudad. Unos días después, ella contrajo la gripe, y 200 de las 1.500 personas del pueblo terminaron muriendo a causa de esto.

Fuente: Middelfart Avis, Dinamarca, 8 de diciembre de 1918

El Nacional, un periódico mexicano, publicó un artículo de primera plana titulado «Cómo combatir la gripe». Enumeraba 13 medidas que ayudarían a detener la propagación del virus, y el punto número 4 decía: «El saludo, que entre los hombres es un apretón de manos y entre las mujeres es con un beso, es una forma muy efectiva de transmitir el microbio. Adopte un saludo higiénico».

Fuente: El Nacional, México, 8 de noviembre de 1918

Un mundo sin besos

¿Cómo nos las arreglamos en un mundo sin besos? ¿Un mundo en el que no podemos expresar nuestro amor y afecto por el otro de una manera tan natural y humana?

No hay duda de que esta y otras restricciones de distanciamiento social son difíciles para muchos, especialmente para aquellos de nosotros que estamos relativamente aislados y no vivimos en el mismo hogar que nuestros seres queridos. Los humanos somos una especie creativa y hemos ideado muchas formas ingeniosas de conectarnos a pesar de la distancia. Pero nada puede realmente reemplazar el poder tocar, abrazar y besar a las personas que amamos.

Mientras esperamos que este difícil momento pase, podemos al menos consolarnos con el hecho de que la gente de todo el mundo se enfrentó a estas mismas restricciones hace un siglo, y aunque seguramente fue difícil para ellos, no duró para siempre. Las cosas volvieron a la normalidad después de unos pocos años. Y no tenían la misma tecnología y avanzada medicina que tenemos hoy en día.

También puedes encontrar historias fascinantes sobre tus propios antepasados en nuestra colección de periódicos.