Comer sin prisa sería más saludable y ventajoso

Comida familiar. Fuente foto: especiales.latino.msn.com

Justo la semana pasada escribimos un post titulado: ¿Será mejor para las familias comer todos juntos? en el que en la mayoría de los comentarios de nuestros queridos lectores, se hizo causa común con la importancia que tenía comer en familia.

Hoy hemos encontrado un artículo que apoyaría nuestra postura. Digo nuestra ya que personalmente también considero importante comer en familia y pasar tiempo reunidos 😉

Algunos estudios (uno de la Universidad Lituana de Ciencias de la Salud y otro de científicos griegos), demostrarían que comer despacio y con tranquilidad, traería ventajas como ayudar a perder peso, a prevenir la diabetes y elegir comidas más saludables, entre otros.

Se cree que debido al ritmo de vida que llevamos hoy en día, con altos niveles de estrés, se produce un descontrol en las comidas, además de los malos hábitos alimenticios, los que muchas veces se adquieren durante la infancia y juventud, los que se mantendrían en la adultez.

“Algunos trabajos previos apoyan la idea de que comer rápido puede conducir a una ingesta excesiva de alimentos y a la obesidad. Nuestro estudio ofrece una explicación para este fenómeno al mostrar que el ritmo al que se come podría impactar en la liberación de hormonas intestinales que le dicen al cerebro que deje de comer”, comentó el autor del informe,  Dr. Alexander Kokkinos, del Hospital General Laiko en Atenas.

El artículo comenta que el estudio realizó una encuesta entre casi 1.700 jóvenes universitarios estadounidenses, el que reveló que el 42% de las mujeres y el 35% de los hombres, no tenían tiempo para sentarse a comer y eso los hacía comer peor.

Las personas que comían en compañía de otras personas, tendían a alimentarse mejor, en cambio quienes tendían a “comer al paso”, elegían comidas rápidas con más grasas saturadas.

“Esto demuestra la importancia de dedicarle tiempo a las comidas y compartirlas con amigos o familiares”, explicó la investigadora principal del estudio, Dra. Nicole I. Larson,  de la Universidad de Minnesota, EE. UU.