Sí Alejandro, yo recuerdo pasar rapidito por el lado de mi madre para que no me llegara su zapatilla o cachetazo. Una hasta subía los hombros para poner los músculos rígidos y ver si así dolía menos 😀
Todos tenemos o hemos tenido una madre. Tiernas, estrictas, generosas, ejemplares, amorosas… se podrían unir tantos adjetivos hermosos a la palabra “madre” que son ellas, por lo general, las que dejan a lo largo de nuestras vidas algunos de los mejores recuerdos.
Las madres han recibido numerosos homenajes, todos merecidos. Pero pocas veces nos hemos referido a otra gran cualidad de nuestras madres: su sentido del humor. O, más bien, su peculiar forma de decirnos las cosas cuando éramos niños, combinando su enfado, su preocupación o sus advertencias con expresiones y frases irónicas que, si bien no las encontrábamos tan graciosas entonces, a día de hoy dibujan en nuestro rostro una gran sonrisa desde el momento en que las evocamos.
En esta ocasión nos hemos propuesto dibujar en tu rostro no una, sino un montón de sonrisas con estas frases de madre que hemos reunido para disfrutarlas entre nosotros. Prácticamente todas se han podido escuchar en los hogares de España y toda América Latina, tan sólo cambia alguna palabra, pero las madres… siempre hablan, educan y aman igual.
Leélas, diviértete y después comparte con todos nosotros las frases que te vengan a la memoria de tu madre. ¡Todas nuestras madre son iguales y, al mismo tiempo, únicas!
– ¡Y yo quería un coronel pero no me quiso él!
– ¡Andas toda despechugada y así se cogen los catarros! – ¿Llevas la muda limpia por si te pasa algo?
– ¡Ya verás cuando se lo diga a tu padre!
– ¡Como saque la zapatilla!
– ¡No sé qué va ser de vosotros el día que falte yo, si no sabéis ni dónde para la escoba!
– Deja, que ya lo hago yo, que tardo menos haciéndolo que explicándolo…
– ¡A mí no vengáis a quejaros si se os pega el chicle a las tripas!
– ¡Ni que os hubiera hecho la boca un fraile, que estáis todo el día pidiendo!
– ¿A que si voy yo aparece?
– Deja, que ya lo hago yo, que tardo menos haciéndolo que explicándolo…
– Cuando seas padre, comerás huevos.
– Pero quién te crees que soy yo, tu sirvienta?
– Cuando tengas tu casa harás lo que quieras. Mientras vivas en esta casa se hará lo que yo diga.
– Bébete el zumo antes de que se le vayan las vitaminas.
– ¿Qué pasa, que tus amigos no tienen casa?
– Como vaya yo, vas a llorar con motivo.
– Porque lo digo yo y punto, que por algo soy tu madre.
– Ese cuarto suyo parece un chiquero, no tiene arrimadero.
– ¡Con vosotros todo es una lucha!
– Para comer flanín hay que comer flanón.
– Estas no son horas de llamar a una casa decente.
– No sabes ni lavar calzones y ya quieres andar de novio.
– No pases, que acabo de fregar.
– Es la primera vez que me siento en todo el día.
– No andes descalzo, que te vas a enfermar.
– ¡A ver si os casáis de una vez y os váis de casa!
– ¿Verdad, señor, que usted se lleva a los niños que se portan mal?”
– Tú crees que yo nací ayer, ¿verdad?”
Y las dos frases más hermosas que podamos escuchar de la boca de una madre:
– Para mi, siempre serás mi niñito…
– ¿Y mi beso?
Alejandro
octubre 13, 2015
Jajajajaja, parece que es libreto mundial en las madres,no vi una que usan mucho en mi país Colombia cuando uno lloraba por cualquier cosa, «siga llorando, que yo si le doy un motivo para que llore» y ya tenía la correa o chancla en la mano jajajaja qué recuerdos!