Si, yo jugué a todos esos juegos y además jugué al «Luche» y mi hermano jugaba a las bolitas.
7 Juegos infantiles tradicionales para recordar
- Por Sonia Meza


Cada vez es menos frecuente ver a niños jugando en la calle, especialmente en nuestras grandes, ruidosas y, a veces demasiado deshumanizadas, ciudades.
Pero aún podemos ver por nuestras calles y parques a grupos de niños jugando. Corren, saltan, gritan, se ríen… y, en muchas ocasiones, observamos que sus juegos son los mismos que nos divirtieron a nosotros hace tantos años. Y a nuestros padres, y abuelos.
Entonces nuestra memoria se dispara y sus risas se convierten en las nuestras, los nombres que gritan se difuminan y transforman en los de nuestros amigos, nuestros camaradas, los niños y niñas con quienes jugamos tantas horas… al aire libre.
¿A qué jugaba Ud. de niño? Vamos a repasar 7 juegos tradicionales al aire libre y seguro que, aunque cambie el nombre o alguna regla, encuentra entre ellos varios de los mejores momentos de su niñez.
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La Comba (Saltar a la cuerda). Se sostiene una larga cuerda entre dos niños y se voltea de arriba a abajo en movimientos circulares. El resto de niños hacen una fila y, por turnos, saltan un número de veces determinado intentando no tropezar o detener el movimiento de la cuerda. Normalmente se acompaña de una canción que puede indicar cuándo o cómo saltar.
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El Escondite (La escondida). Es, tal vez, el más popular de los juegos de calle. Un niño cierra los ojos y concede un tiempo para que el resto se escondan, acordando antes cuál será el lugar al que deben acceder para “salvarse”. Transcurrido el tiempo, el niño que vigila intentará descubrir a los escondidos y estos, a su vez, intentarán acceder al lugar sin ser vistos. Una variación es la del “Escondite Inglés”, donde un niño se vuelve de espaldas y el resto intenta avanzar. Cuando el niño que vigila se da la vuelta rápidamente (tras decir “1, 2, 3, al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”), señalará a aquellos que vea moverse, que deben abandonar el juego. El resto continúa hasta que alguien llega hasta donde está el vigilante.
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La goma. Más que un juego, toda una forma de jugar. Dos niñas (es lo más habitual pero, por supuesto, pueden ser niños también) se colocan una goma entre sus tobillos y dejando un espacio entre ellas. El resto saltan dentro y fuera de la goma, siguiendo una de las numerosas variaciones y canciones que hay para acompañar sus movimientos. No solamente se salta dentro y fuera sino cruzando las piernas con la goma en distintos ejercicios. Para aumentar la dificultad, se va subiendo progresivamente la altura de la goma.
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El pañuelo. Este conocido juego es ideal para espacios grandes y grupos numerosos. Uno de los niños tiene que hacer de “madre” y ponerse en el medio. El resto se dividen en dos equipos y a cada uno se le asigna un número, de forma que dicho número se repita en ambos grupos. A continuación, los dos grupos se sitúan a la misma distancia respecto a la madre pero en lugares opuestos. La madre irá diciendo en voz alta un número y los dos niños con el mismo número pero rivales de equipo, deben ir corriendo a recoger el pañuelo. Aquel que se lo lleve vuelve a su lugar, mientras que el otro niño queda eliminado. Perderá el primer equipo en quedarse sin jugadores.
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La rayuela. Para este juego debe dibujarse con una tiza un “tablero” en el suelo con casillas numeradas (algunas variaciones se juegan escribiendo palabras en las casillas como, por ejemplo, los días de la semana). El jugador lanza una piedra u otro objeto en la primera casilla. Si ha quedado dentro de sus límites, hará el recorrido del circuito saltando sin poder salirse en ningún momento, en cuyo caso el turno pasaría al siguiente. Si ha completado con éxito el recorrido, la piedra se arroja en la siguiente casilla y repite el proceso.
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La gallina ciega. Uno de los juegos más clásicos y antiguos. Un niño con los ojos vendados, tras dar tres vueltas sobre sí mismo, intenta capturar al resto que se mueve a su alrededor, formando un círculo y tomándose de las manos. El círculo no se puede romper y, cuando la “gallina” capture a otro niño, deberá reconocerle utilizando solamente el sentido del tacto. En algunos lugares, se canta esta canción al principio: “Gallinita, gallinita, ¿Qué se te ha perdido en el pajar? Una aguja y un dedal. Da tres vueltas y las encontrarás.”
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Carrera de sacos. Cuando un grupo grande de niños se reúne al aire libre, este juego es uno de los más divertidos y siempre acaba en risas y bromas (además de unas cuantas caídas). Las reglas pueden ser las mismas que las de cualquier carrera, con la única diferencia de que los participantes compiten con sus piernas metidas en un saco que sostienen con sus manos o se ata a la cintura. Una variante es la de correr en parejas, agarrando uno las piernas de su compañero y desplazándose este sobre sus manos, a modo de “carretilla”.
¿Cuántos recuerdos se le han venido a la cabeza al leer sobre estos juegos? Seguro que muchos, de modo que ayúdenos Ud. ahora a evocar la memoria de todos nosotros: ¿A qué jugaba con sus amigos en el parque, en el patio, en el campo? ¿Cómo llamaba Ud. a los juegos de los que hemos hablado? ¿Qué variante o regla cambiaban en sus juegos?
¡Escriba sus comentarios y recordemos todos juntos!
Bongiovanni, Maria
junio 21, 2016
nosotros solíamos jugar al poli-ladron, pollisalba, o policías y ladrones. divididos los niños en dos grupos mayor el de ladrones, se encerraban cada uno dentro de un circulo (la casa) y a una orden todos salían acorrer y la policia atrapaba y encerraba a los ladrones en su casa y los demás ladrones debían salvarlos..