Tumbas 2.0 o «e-sepulturas»

Tumbas 2.0 o «e-sepulturas»

Los avances tecnológicos no dejan de sorprender a nadie. Ya no vemos posible la forma de trabajar de hace algunos años, revisando documentos en papel o esperando días (a veces semanas) para recibir alguna información.

Tampoco vemos “posible” el encendido de la cocina para calentar un sólo plato de comida, así como tampoco creemos necesario salir a pagar cuentas cuando podemos hacerlo solamente a un “click” de distancia.

Japón es uno de los países con mayor desarrollo tecnológico en el mundo, es exactamente desde ahí, la “capital del sushi”, donde nacen las “sepulturas conectadas”.

¿Qué son las tumbas 2.0 o e-sepulturas?

Son tumbas normales, las cuales a través de un código de barras instalado en lugar del epitafio, permiten acceder, por medio de teléfonos inteligentes, a un sitio web que ofrece información sobre el difunto.

¿Qué información entrega este código?

En realidad lo que entrega el código es el acceso directo al sitio web de la persona fallecida, en donde se puede encontrar información que va desde su biografía, sus preferencias, fotografías, videos, o cualquier detalle de su personalidad.

La ventaja de este tipo de tumbas es que la familia del finado puede recibir de parte de los visitantes, comentarios, condolencias, fotos, entre muchas otras cosas, generando una interacción permanente e imborrable con el tiempo…

Con el paso de los años vamos dejando atrás los Gladiolos, inciensos o piedras (dependiendo de la cultura), y vamos dado paso a «una muerte cada vez más digital».  El sistema ofrece conexión tecnológica para conocer una vida después de que ésta se acaba y podría ser una importante herramienta para aquellos genealogistas que buscan información en los camposantos.

Fuente: www.elpais.com

Comentarios

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  • Antonio Herrera Fernández

    julio 21, 2011

    Interesante función para que las personas fallecidas puedan seguir ayudando a los demás en tantos momentos y para siempre. Por esta inestimable ayuda bien se merecen un recuerdo en la página «rememori», donde podemos encender una vela «digital» en su memoria.