soy nacida en chillán
Desde Chile, Gonzalo Luengo nos cuenta su interesante historia de búsqueda familiar.
- Por admin
“… la idea es formar conciencia de la importancia que es saber de dónde venimos y hacia donde vamos, es saber honrar a nuestros padres que finalmente son nuestros antepasados, porque si somos lo que somos, es porque a través de ellos y de su paso por este mundo, eso se ha dado así.”
Tuvimos la fortuna de “encontrarnos” con Gonzalo Luengo, un joven que ha logrado romper los mitos que hablan de que la Genealogía es un pasatiempo para personas mayores. A su corta edad, no sólo ha realizado investigaciones para sus ramas familiares sino que además, ha ayudado a amigos y personas que conoce a también saber de sus ancestros.
Soy Gonzalo Alexis Luengo Orellana, nací el 15 de abril de 1987 en Chillán, provincia de Ñuble, Chile. Soy Profesor de Inglés secundario, titulado de la Universidad del Bío-Bío en 2010. He comenzado a trabajar desde 2011 haciendo clases en escuelas públicas desde kindergarten a octavo año de enseñanza básica, a todos los cursos.
En el tiempo libre me dedico a coleccionar sellos postales, cosa que hago desde la Navidad de 1994, especializándome en algunas cosas de filatelia, pero más que nada adquiriendo nuevos ejemplares para la colección, estando al día con las emisiones y la historia postal en general, especializándome en Gran Bretaña y Chile más que nada, aunque con interés en colecciones temáticas además.
También me dedico a compartir con amigos en redes sociales en internet, algo que no considero como pasatiempo, sino como lo que es, un medio para comunicarse y descubrir, pero en ese contexto me ha gustado realizar investigaciones; un ejemplo que puedo dar es que recolecté y clasifiqué mensajes escritos en Twitter durante el terremoto de 2010 en Chile, llegando a muy interesantes conclusiones que fueron apreciadas por la prensa local en 2011, año de la publicación (en http://bit.ly/luengoprensa12 se puede ver una entrevista completa al respecto).
Mi interés en el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), también hizo que en la universidad pudiese tener la oportunidad de ser ayudante e involucrarme en investigaciones en ese campo en el mundo de la educación, haciendo el seminario de título de forma grupal junto a dos compañeros sobre el uso de la pizarra digital interactiva. A todo esto se suma la genealogía.
¿Cómo nació el interés por la Genealogía, Gonzalo?
Creo que todos tienen interés por todo en un momento, el punto es cuando uno se identifica a sí mismo, sabe lo que quiere y lo hace. Recuerdo el momento exacto en que estaba en la sala de kindergarten cuando me pregunté, sabiendo yo que tenía dos padres, la lógica me decía que ellos tenían dos padres cada uno y así hacia atrás, y siendo niño me angustiaba no saber eso. Pero fue un sentimiento pasajero.
Fue en 2005 cuando recibí de parte de mi abuela materna una serie de fotografías y recuerdos familiares, ella se deshizo de ellos, así de simple. Entre todo el material hallé tres fotos de uno de mis tatarabuelos. Vengo de familias normales y ver una foto de un tatarabuelo, alguien que nació en 1846, no es normal. Entonces, lo primero que hice fue un árbol genealógico interactivo en el computador y me di el trabajo de digitalizar todas las imágenes antiguas que mi abuela me había pasado, porque a través de eso quería que todos los descendientes de ese tatarabuelo también tuviesen el derecho a verlas, porque obviamente ese tatarabuelo es tan mío como de todos sus tataranietos.
Así fue como me dediqué a buscar a familiares en las guías de teléfono, etc., a través de un cuidadoso trabajo que siempre involucra ir al Registro Civil a buscar documentos que prueben que la gente de la que sé es o no familiar mío, y luego los contacté por internet a través de redes sociales o buscándolos en buscadores. En principio, ese árbol genealógico se lo quise enviar a un primo hermano de mi mamá que vive en Inglaterra, ese fue el primer objetivo. Todo partió así, y luego ha venido el proyecto de estar escribiendo un libro que es un censo total y biográfico de descendientes de mi tatarabuelo y he empezado a trabajar en la genealogía de gente que ni siquiera conozco, mis amigos (le hago la genealogía a todos mis amigos y espero regalarles a todos (ya lo he hecho con varios) cuadros enmarcados con sus árboles familiares, etc., en http://bit.ly/productosgenealogicos se puede ver lo que he hecho), mis familiares, hasta al chofer de confianza que me lleva a casa en las noches en taxi.
Desde 2005 que me dedico al encargo, búsqueda y análisis de todo tipo de documento vital para construir genealogías con bases fuertes. En 2006 me acerqué a una iglesia mormona a buscar antecedentes de los que ellos tienen microfilmados y no he parado de ir a ese Centro de Historia Familiar desde entonces y, a pesar de ser católico, trabajo como Consultor Voluntario desde 2008 todos los viernes sin parar ayudando a cualquiera que quiera saber más de sus raíces. Gracias a este trabajo he podido perfeccionarme de forma constante y tener a la mano la última tecnología e iniciativas globales en el campo de la investigación.
¿Hay alguna “especialidad” en tu carrera?
Chile es mi base, tengo total conciencia o casi de lo que significa hacer genealogía en Chile. La familia a la que estoy vinculado a través del tatarabuelo del que hablaba, los De Filippi, es una de las que me especializo y en http://bit.ly/defilippi se puede ver una reseña y hasta un video donde explico el objetivo, que a grandes rasgos y como decía antes, se trata de terminar de escribir un libro que contendrá un censo lo más completo de todos los descendientes de Antonio De Filippi Montaldo.
Eso tiene que ver con el perfil de un inmigrante italiano en Chile, que es mi tatarabuelo nombrado, sus características sociales y ver, finalmente, cómo la familia se dispersa en distintos ámbitos y se mezcla con otras, es decir, también un estudio social, todo con cuidado, consultando fuentes y publicaciones.
De esa misma forma espero hacer algo con los Orellana (http://bit.ly/orellana) y con los Luengo, Stuardo y Salazar, todas familias a las que estoy conectado. Sin embargo, también me dedico a hacer genealogías de otros y de ahí siempre van saliendo resultados, nuevos proyectos, etc. Es algo constante y siempre se logran objetivos que en resumen son publicaciones cuya finalidad es crear conciencia. En mi blog http://genesdefamilia.blogspot.com se puede ver lo que hago, en lo que estoy en genealogía. No me gusta dedicarme sólo a mi genealogía, hago la de mis amigos, como ya decía, la de gente que veo a veces por la vida, etc., porque la idea es formar conciencia de la importancia que es saber de dónde venimos y hacia donde vamos, es saber honrar a nuestros padres que finalmente son nuestros antepasados, porque si somos lo que somos, es porque a través de ellos y de su paso por este mundo, eso se ha dado así.
¿Tienes contacto con asociaciones de genealogía? ¿Cómo le ayudan?
Sí, en internet con Chilegenea, una lista de correo que me ha ayudado mucho. También la misma gente que conozco en el Centro de Historia Familiar donde trabajo han sido una fuente de conocimiento para entender más el concepto y características de familia a nivel local. Tengo contacto con gente del Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas, que también me ayuda, en especial Don Luciano Cruz Muñoz, que me ha alentado muchísimo al valorar más mi trabajo y me ha dejado ver mucha bibliografía. Pero el contacto con personas más que con instituciones ha sido clave. Una persona grande en genealogía, pero muy grande, es Paulo Barraza Varos, periodista de La Serena, Chile, que ha sido el causante de lo que yo soy ahora en materia investigativa, él ha tenido la amabilidad de facilitarme muchas cosas, bibliografía y consejos. Dentro de la comunidad mormona, ha destacado en mi trabajo de colaboración en historia familiar, las oportunidades que la Sra. Mercedes Olivares de Ardiles me da al llamarme a dar varias charlas a públicos que siempre bordean las cien personas, donde expongo y capacito en temas propios de genealogía. Esto me ha permitido compartir de forma activa lo que he aprendido.
¿Por qué cree que la genealogía es importante?
Porque al menos a mí me ha ayudado a entender entre otras cosas, dos principales: Se puede probar científicamente que todos tenemos un origen en común, que al menos podemos percatarnos con total seguridad y rigurosidad que hay grupos humanos y que, por ejemplo, efectivamente la persona que está frente a nosotros en la fila de las compras del súper, puede ser nuestro pariente de forma consanguínea. Eso me ha servido como base en mi vida, porque, ¿qué mejor forma que honrar a nuestros antepasados que saber que nuestro prójimo viene de ellos también y que debemos ser respetuosos con él por ende?
Lo decía Helen Keller: «No hay rey que no haya tenido un esclavo entre sus antepasados, ni esclavo que haya tenido un rey entre los suyos».
Pero hay una segunda cosa: Investigando e informándome, me he dado cuenta que uno vale por sí mismo y es único. El venir de una familia o de otra no determina tu esencia: Hasta en las familias más pudientes, educadas, de diplomáticos y nobles, puede haber personas de corazón frío y horrible. Y viceversa.
¿Cuál es tu opinión de MyHeritage?
Es una iniciativa fuerte y que, en la práctica debe ser una referencia más para buscar información en las investigaciones que hagamos, siempre, no se puede dejar de lado la búsqueda en estas bases de datos, hay que darse el trabajo de buscar aquí y allá cada cierto tiempo, porque sucede que además siempre van apareciendo datos que antes no estaban incluidos en los bancos de nombres de personas como MyHeritage.
¿Nos podrías contar alguna anécdota o experiencia emocional a raíz de tu búsqueda?
Pues hay muchas. Creo que lo más notable es que, como no me gusta quedarme sentado frente al computador o frente a libros haciendo cosas siempre o consumiendo en general, me doy el trabajo de buscar y conocer familiares lejanos.
He llegado a conocer, sólo por la genealogía, a gente maravillosa que es pariente mía consanguíneamente y no puedo negar que me agrada jugármela por viajar horas para verlos, atenderlos en mi casa, etc. He conocido, por ejemplo, a un sobrino en quinto grado con el he podido compartir interesantes momentos porque, al igual que yo (pero a su manera) él ama la historia. También he conocido a unos sobrinos en cuarto grado a los que les hago clases de inglés y así, muchas cosas que se agradecen y emocionan.
¿Ha descubierto algo a través de SuperSearch o Smart Matches de MyHeritage?
Sí, mucho, y lamento no haber sido usuario Premium anteriormente para poder ver muchas cosas en detalle. Generalmente termino en MyHeritage haciendo búsquedas así como en Google, y a pesar de no haber podido ver más por no ser Premium, esos datos igual me sirven, que por lo general son listas de nombres.
¿Qué recomendaciones puede dar a las personas que inician su investigación familiar?
La primera recomendación que le doy a cualquiera que empiece recién su genealogía, es que parta por sí mismo, luego por sus padres y así hacia atrás en el tiempo. Que nunca hagan suyas otras historias familiares: algo muy extendido es toparse con la historia del escudo de una familia o de un apellido, pero no porque alguien sea de apellido Pérez, necesariamente tiene que ver con los Pérez de un escudo específico, por ejemplo.
Los invito a no perder su tiempo y a dedicarse a investigar más que a informarse, es decir, a ver partidas de nacimientos, matrimonios y defunción, testamentos, etcétera, de su propia familia y avanzar así, eso es lo que vale, en vez de dedicarse a leer cosas que se pueden encontrar en cualquier lado. Esto no quiere decir que se deje de lado trabajos ajenos, porque obviamente existe la posibilidad que entronquemos con esas familias ya estudiadas.
Lo esencial es recordar que los apellidos son sólo una etiqueta, lo importante en estos estudios es el linaje. Uno de mis motores en este trabajo y en mi afán en compartirlo, es terminar al menos en unos pocos con esas ganas mal gastadas de saber de sus familias, de sus antepasados, dejándose llevar por modas o por escudos enmarcados, dejar claro que la historia de una familia vale más que eso. Si efectivamente a alguien le corresponde usar un escudo, de forma legal, pues bien, eso es un valor para la historia de la familia y se debería preservar, pero hasta no tener pruebas de que otra familia investigada tiene que ver con la nuestra, no perdamos el tiempo haciendo conclusiones apresuradas.
Hay gente que puede hablar mucho de su familia, de los orígenes de su familia, pero que ni siquiera saben el nombre de sus tatarabuelos. Eso no sirve, no tiene base propia. Mi consejo: Paciencia y trabajo duro, una investigación genealógica seria puede durar años en el caso de personas que vienen de familias no estudiadas con anterioridad.
Dejo siempre estas palabras del historiador chileno Luis Lira Montt: «la dedicación a la genealogía requiere seriedad, veracidad y humildad y además una cierta dosis de caridad. Seriedad para abordar el estudio con criterio científico y para elegir las fuentes de información. Veracidad en la exposición y desarrollo de las filiaciones, evitando caer en fáciles o tentadoras conclusiones, que no estén debidamente comprobadas. Humildad para aceptar la verdad, no siempre halagadora para el investigador. Y caridad para no divulgar con demasiado énfasis las debilidades humanas que a veces quedan en descubierto en generaciones pretéritas».
Queremos agradecer el excelente relato de Gonzalo. Vemos que a su corta edad ha sido capaz de realizar importantes descubrimientos familiares, lo que sin duda nos demuestra que la Genealogía es un estudio o pasatiempo que va tomando más fuerza en personas más jóvenes, quienes cada vez más están interesados en saber quiénes eran sus ancestros, de dónde venían y preocuparse por dejar legados duraderos en el tiempo a las futuras generaciones.
mónica campos riffo
junio 17, 2013
me gustaría mucho saber de mis raices